miércoles, 25 de noviembre de 2009

CALAMIDADES




DE VUELTA EL DEBATE SOBRE LA EUTANASIA




• En México prevalecen las opiniones encontradas, se ve lejos un acuerdo
• La iglesia católica y buena parte de la comunidad médica, principales opositores
• Se trata de un “bien morir”, aseguran los que se encuentran a favor







El vivir de cerca la agonía de un enfermo terminal seguramente ha sido experimentado por muchos de nosotros, cuando las esperanzas son nulas, las familias suelen enfrentarse a una serie de dificultades, entre ellas, grandes desembolsos económicos, tristeza y un profundo desgaste que se puede llegar a prolongar por mucho tiempo.

El debate sobre la legalización de la eutanasia ha regresado a nuestro país, y con ello las posiciones en contra encabezadas principalmente por grupos conservadores y religiosos; además claro está de las posiciones a favor, sobre todo de aquellos para quienes esta propuesta representaría una opción viable en el caso de encontrarse en una situación similar. Para algunos es un ser supremo el que da la vida y por tanto, el único que puede quitarla; otros, por su parte, consideran que de no haber posibilidad de cura más vale acortar el sufrimiento del enfermo y, a su vez, el de la familia entera.

Otro de los grandes obstáculos es el de saber si México está preparado para afrontar de manera responsable una aprobación de tal magnitud, o si como en muchos otros aspectos de nuestra vida diaria servirá más bien como instrumento para satisfacer otros intereses ajenos al bienestar del paciente y de la familia.

El caso es que entran en juego una serie de factores: ideologías, tradiciones y sentimientos se confrontan muchas veces sin ofrecer respuesta certera; sin embargo, quizás valga la pena preguntarse y reflexionar primero, sobre cuáles serían los lineamientos necesarios para garantizar el éxito de la aprobación en caso de que se lleve a cabo y, sobre todo, acerca de quién realmente tiene el derecho de decidir sobre una vida y sobre si lo que se quiere es cuidar una vida o prolongar una agonía.
(columna.)





1 comentario:

  1. yo creo que ante todo hay que respetar la opinión y la decisión de la persona que desea morir, es decir, después de todo es su vida y si ésta ya no está siendo agradable (por cuestiones irremediables) es justo que se haga lo que desea. Ahora, si la persona que debe decidirlo es otra, se puede pensar que es inhumano que tome una decisión así, pero creo yo que es más inhumano torturar a alguien con una vida que ya no quiere o que es lastimosa

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